Fashion in 2020: Una Oportunidad para Editar

Fashion in 2020: Una Oportunidad para Editar

Solemos describir los tiempos de dificultad e incertidumbre cómo crisis, pero más que un problema es una oportunidad de lo inevitable, el cambio, de editar aquello que dábamos por sentado.

La industria de la moda es conocida por excelencia como una precursora del cambio, la cual temporada por temporada se reinventa no sólo para sobresalir en un mercado con alta demanda, si no también, convirtiéndose en una comunicadora de los contextos culturales, sociales, políticos y económicos actuales de la humanidad.

En el 2020 todos nos vimos obligados a ser no solo los early adopters, sino también, los mismos innovadores de una macrotendencia que, al contrario de lo que estábamos acostumbrados, no duró meses o años en incubación, sino una que nos tomó de sorpresa. Sin embargo, todos debimos adaptarnos rápidamente y dar respuesta a está sin mucha información o conocimiento.

En la última década, la moda, respondiendo al contexto mundial, se convirtió en un elemento igual de efímero como lo era todo lo demás a nuestro alrededor. Un escenario donde no teníamos el tiempo ni la paciencia para detenernos a pensar en nuestra realidad, porque siempre íbamos un paso más adelante: cuál será la próxima tendencia, que diseñador traerá nuevas propuestas, que modelo será la nueva “New Face”, quien será la nueva it girl. Solo buscábamos avanzar sin detenernos a observar lo que estaba pasando en el momento presente. En respuesta a esto no solo nacieron las marcas de Fast Fashion, sino también las marcas de lujo se vieron “obligadas” a crear colecciones intermedias como Resort o PreFall. Una búsqueda insaciable de llenar un mercado de posibilidades y opciones para un target altamente demandante y nunca satisfecho, una característica natural del ser humano, donde los límites no existen y muchas veces jugamos a ser dioses.

Por otro lado, una crisis es una oportunidad, es aquello que nos obliga a parar y observar de forma consciente, para editar lo superfluo, recuperar nuestra alma perdida en la inmediatez, acabar con el marketing tradicional y la economía insidiosa de influencia. Nos permite redescubrir lo que realmente importa y eliminar el desorden y el consumo excesivo, la mentalidad pretenciosa de la carencia de límites.

Es fácil decir que a partir del 2020 ya nada volverá a ser igual. Toda nuestra vida será diferente desde la forma en que nos conectamos con el otro, consumimos y creamos. Es inevitable regresar a una producción más pequeña y auténtica, que más que asegurar el colapso de la economía, es entender y apropiarse de su reducción, y ahora más que nunca entra en vigor lo local, una microtendencia en creciente desde ya hace algunos años, bajo la filosofía de conciencia social de ayuda local, la cual se da para impulsar lo local como conciencia política, social, económica y cultural, que se ve reflejado en un bienestar global.

De ahora en adelante los consumidores valorarán aún más los beneficios intangibles de los productos y servicios, estarán más que dispuestos a pagar por productos y experiencias autóctonas y locales. Los calendarios de la moda deberán de reinventarse, las marcas deberán bajar las producciones, llegar a mercados segmentados y crear colecciones más pequeñas, pero con significados más contundentes. La industria de la moda va a cambiar, va a cambiar porque las personas están cambiando, están evolucionando constantemente, lo único diferente ahora, es que nos adelantamos algunos años a lo que era inevitable que pasara en el futuro.

SOFÍA MARÍN

Fashion Stylist  &  Special project manager at  M Ä H A & M O R E NA


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